Y llegó Madrid, para mí la prueba más dura de los circuitos que componen mi #RetoPichón.
El pronto y soleado amanecer presagiaba mucho calor, lo que me hacía pensar que la prueba sería aún más dura de lo que creía. Me levanté muy temprano, a las 6 de la mañana para ser exactos, ya no podía permanecer más tiempo en la cama, y es que la noche anterior a un Triatlón nunca duermes bien por los nervios. Así que me puse a revisar las cosas, desayuné y me fui en bicicleta hacia el circuito de la Casa de Campo de Madrid.
Unos días antes había recibido el mono que llevaré durante todo mi #RetoPichón. ¡Qué ilusión me hizo! Gracias a la empresa Taymory y a mi amigo y empresario, Omar Tayara, que desde que le conté el proyecto se sumó a la causa sin dudarlo. Ha quedado fenomenal, ya me acompaña en cada kilómetro la imagen de la Fundación Luis Olivares a quien irá todo lo recaudado en este desafío. El mono ha sido un gran aliciente a mi #RetoPichón, se visualiza aún más mi propósito. Fue una gran alegría que el público de Madrid conocía la causa y me apoyaba al grito de “¡Vamos pichón!”.
Había mucho ambiente desde primera hora, fue emocionante volver a encontrarme con personas que desde hace algunos años he ido conociendo en esta locura del Triatlón. Con todas estuve charlando y les conté ilusionado mi nuevo reto. Después me dirigí a recoger mi dorsal y a dejar todo el material en el sitio que tenía asignado.
No era la primera vez que realizaba este Triatlón en Madrid, pero los nervios fueron creciendo, el triatlón se acercaba y quedaba muy poco para la salida. Primero dio comienzo la natación en el lago de la Casa de Campo. Tengo que confesar que esta prueba me resultó más dura que en otras ocasiones.
La bicicleta fue un circuito duro, de más subidas que bajadas, que hizo que me resultase muy complicado. Además, se me rompió el cuenta kilómetros lo que me hizo enfrentarme a una mayor dificultad. Estuve totalmente desorientado durante ese tramo, pero cuestiones como estas son las que me impulsan a superarme, sacar lo mejor de mí cuando creo que no puedo más.
Y, por último, la carrera a pie puso el cierre al segundo de los peldaños de mi #RetoPichón.
Esta segunda fase en Madrid me ha servido para meterme más de lleno en el reto, así que seguimos entrenando para el próximo destino: Castellón.