Llegó el sexto triatlón del #RetoPichón. Esta vez en Sevilla, competíamos en casa y eso hizo que todo los esfuerzos que suponen el desplazamiento y el traslado del material se redujeran a mínimos. Aunque también supuso un punto más de responsabilidad al estar en nuestra ciudad.
Como ya he comentado en anteriores post, sigo arrastrando la lesión en el abductor de la pierna derecha y al no poder descansar por la continuidad de las pruebas, la lesión ha ido a más. El viernes antes de competir mis sensaciones eran muy malas. Pero este triatlón me ha servido para superarme a mi mismo, seguir avanzando en el reto y sobre todo, para aprender una importante lección de vida.
Mi amigo, Antonio Jurado Mejias me acompañó desde el primer momento hasta que cruzamos la línea de meta para ayudarme en mi reto y con ello a la Fundación Luis Olivares, que también conoce muy bien. En una sociedad tan competitiva, Antonio pudiendo acabar “3 días antes que yo”, tiró de mí desde que nos metimos en el agua. Estuvo siempre a mi lado nadando, me acompañó en la bicicleta, y me animó en la carrera a pie, hasta que juntos cruzamos la meta. Antepuso con mucha humildad, su apoyo y su solidaridad a obtener un mejor resultado. Gracias, Antonio.
¡Gracias por el apoyo Sevilla!
El sábado amaneció un día perfecto en Sevilla, caluroso, pero perfecto, había un ambientazo, muchísima gente. El reto se va consolidando y ya son muchos los que preguntan por él y quieren apoyarlo. Convocamos a todos los que quisieran apoyar al reto a las 19:45 en la zona anexa a los boxes, y fue sorprendente el respaldo de la gente.
Por la mañana, fui a dejar el material, porque la prueba era por la tarde. Y llegó la hora, el primer tramo en el agua fue muy bien. ¡Vi nadar a un extraterrestre! Y es que este triatlón contó con la participación de la gran Mireia Belmonte, fue espectacular ver nadar a la doble medallista olímpica en Río de Janeiro.
Mis buenas sensaciones se desvanecieron cuando salí del agua, a partir de ahí empezó el sufrimiento, comencé a sufrir fuertes dolores en la pierna, tanto en ciclismo, como en la carrera a pie.
Cuando llegué a la meta no me lo podía creer, la cuesta arriba se había acabado, ¡había conseguido mi sexto reto en Sevilla! Me invadía la emoción…
Una vez acabada la prueba y recuperado, nos dirigimos a la zona de boxes y, ¿cual fue mi sorpresa? Me encontré a un centenar de personas apoyando nuestro #RetoPichon. ¡Mil gracias de corazón!
Deber cumplido y ya pensando en la recta final, en cuatro semanas: Barcelona, Málaga, Gijón y Getxo. Con más ilusión aún si cabe.