Gonzalo Segura: de un comienzo luminoso a un reto inesperado

Gonzalo vino al mundo una mañana de febrero de 2004 en eso que nuestras abuelas llamaban “una horita corta”, porque el parto fue breve y sin complicaciones. Un precioso bebé de ojos azules y piel muy blanca que más parecía nacido en Oslo que en Sevilla. Segundo de tres hermanos, su desarrollo fue totalmente normal hasta alrededor de los tres años. De hecho, a los dos años y pico empezó a hablar con normalidad.

Cuando inició la educación infantil, sus profesores comenzaron a advertir algunos signos de falta de atención y poco interés en la sociabilidad, y también nosotros observamos algunas señales de involución en su desarrollo. Y ahí comenzó el largo peregrinaje que casi todos los padres recorremos hasta obtener un diagnóstico certero.

El recordado Dr. Díez Cuervo lo diagnosticó de “autismo atípico” porque su evolución no había sido la habitual. Lo cierto es que Gonzalo ha experimentado a lo largo de su vida varias etapas críticas en las que, sin motivo aparente, todos los síntomas inherentes al autismo se disparan y, al remitir, observamos que su desarrollo no vuelve a ser el mismo de antes.

Cada persona con autismo es diferente, y su sintomatología y evolución son distintas. Esta es precisamente una de las cuestiones que más dificulta la comprensión de este trastorno.

Tampoco su escolarización fue fácil. Gonzalo pasó por varios colegios y en distintas modalidades de escolarización, aunque en casi todos encontramos profesionales con vocación que trataron de ayudarle. A pesar de sus “baches”, consiguió aprender a leer, escribir, sumar y restar.

 

El refugio de la familia y la fuerza de la comunidad

Gonzalo tiene la suerte de haber nacido en una familia unida que siempre lo ha apoyado: sus padres, por descontado; sus hermanos, que nunca han manifestado un atisbo de reproche por la cantidad de cosas a las que han tenido que renunciar en su vida y por lo difícil que resulta, a veces, convivir con él; sus abuelos, que le adoran y que siempre han estado dispuestos a echar una mano; sus tíos, sus primos… todos han formado parte de ese apoyo constante.

Como familia hemos disfrutado de su maravillosa sonrisa, de sus canciones, de su destreza para los puzles, de sus juegos de cosquillas, de sus constantes y desinteresados besos y abrazos. Pero también hemos tenido que aprender a lidiar con sus ecolalias, sus obsesiones, su ansiedad y, en sus peores etapas, con serios problemas de conducta.

Para nosotros, la asociación Autismo Sevilla ha sido durante estos años un verdadero pilar al que aferrarse. En ella hemos encontrado otras familias con las que poder compartir vivencias y preocupaciones, además de la atención de profesionales entregados y, sobre todo, verdaderamente formados en el autismo.

 

 

 

La vida adulta, el mayor de los retos.

Gonzalo es hoy un joven de 21 años, igual de guapo y rubio que cuando nació, que no para de crecer y que ha dejado pequeños a su padre y hasta a su hermano mayor. De lunes a viernes acude a una Unidad de Día de Adultos específica de autismo, donde profesionales que le entienden le ofrecen la posibilidad de seguir desarrollando sus habilidades.

No descubrimos nada nuevo al decir que la gran preocupación de los padres de personas con discapacidad psíquica es la incertidumbre de no saber qué pasará cuando nosotros ya no podamos atenderlos.

 

Las personas con autismo requieren apoyos especializados a lo largo de toda su vida, y las opciones de vivienda en este caso son muy escasas.

 

Nuestros hijos necesitan tener garantizada en su vida adulta una atención digna, adaptada a sus necesidades y atendida por profesionales especializados

 

 

Autismo Sevilla es mucho más que una asociación: es una red de apoyo y un pilar al que aferrarse.

En la asociación, las familias encuentran comprensión, acompañamiento y la oportunidad de compartir vivencias con quienes atraviesan realidades similares.
La fuerza del movimiento asociativo, de trabajar unidos por una causa común y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus hijos e hijas, hace que Autismo Sevilla sea un pilar al que aferrarse a lo largo de los diferentes ciclos vitales de la persona, desde el diagnóstico a la vida adulta.
Todo ello, de la mano de profesionales entregados y especializados en autismo, que hacen de la entidad un verdadero nexo de unión.

Autismo Sevilla

Construyendo su horizonte, construimos su futuro .

Los fondos recaudados por el #RetoPichón 2025 irán dirigidos directamente a  Autismo Sevilla, para dotar un proyecto al que hemos llamado Horizonte.

Horizonte, nace con la vocación de poner de manifiesto la realidad de las personas con autismo y de sus familias, así como de ofrecer a estas personas oportunidades de autonomía e independencia en la etapa adulta.

Si quieres ayudarnos solo tienes que seguir el siguiente enlace para hacer tu donación.

Concepto: #RetoPichón 2025
Todas las donaciones irán directamente a la cuenta corriente de AUTISMO SEVILLA, y lo harán a través de la plataforma MIGRANODEARENA.