Llevaba sin competir en ninguna prueba desde el mes de agosto del año pasado cuando terminó el #RetoPichón 2017. Estaba agotado, no ya solo físicamente, sino sobre todo psicológicamente. Fue muy duro conocer y convivir con tantos pacientes que sufren la ELA. Sus cuidadores, como “viven”, sus necesidades, sus miedos, sus ganas de vivir. ¡Qué terrible enfermedad! Pero por otra parte, qué importante fue conseguir los 20 aparatos y sobre todo visibilizar la enfermedad y la necesidad de que se investigue.
El objetivo del reto
He de reconocer que al iniciar este año, al iniciar los entrenos, he tenido muchas dudas, el cuerpo se ha quejado bastante. Pero desde el año 2016 tenía una deuda pendiente con la India. La primera vez que estuve allí tuve clara la idea de que durante el #RetoPichón 2018 iba a luchar por ellas: las mujeres. Mujeres que son consideradas como una carga para la familia, las mujeres con discapacidad provenientes de familias sin recursos tienen una condición más marginal, por ser pobres y por estar excluidas de la comunidad. (Haz una donación aquí).
Voy a intentar recaudar 46.080 € para ayudar a la Fundación Vicente Ferrer.
Y por eso voy a intentar poner mi pequeño granito de arena: intentar recaudar 46.080 € para ayudar a la Fundación Vicente Ferrer a terminar de construir una residencia para 70 mujeres con discapacidad en el área de B.K.Samudram, una de las zonas más pobres de la India.
Y después de un invierno duro de entrenamientos, tocaba poner rumbo a la primera de las tres pruebas en las que voy a participar este año: el Ironman 70.3 Marbella (Málaga). Un circuito muy exigente que se compone de tres tramos: 1,9 km a nado; 90 km en bicicleta – con dos subidas al puerto de Ojén – y 21 km corriendo.
Llevaba toda la semana de antes muy inquieto, con la incertidumbre de si estaría bien preparado, si lo podría volver a hacer. Pero está claro que la causa social por la que lucho es el motor del #RetoPichón.
El llegar a la meta, esa sensación que no se puede contar, que ¡hay que experimentarla para comprobar lo que uno siente!
El marco y la organización eran inmejorable, 2.500 participantes. Llegué el sábado, primero registrarse y luego a dejar todo el material en mi box. Y después a descansar. El domingo iba a necesitar todas mis energías.
El domingo amanecí muy temprano para terminar de dejar el material y rápidamente a la salida de la natación. Hacía poniente, el agua estaba fría – algunos nervios – y tocó nadar. Salí de agua muy bien, sin grandes complicaciones. Y tocaba el segmento más duro de la prueba: el ciclismo. Había que subir dos veces el Puerto de Ojén. Y por último la carrera, ha sido de las veces que mejor me he encontrado en esta parte. Me veía con fuerzas. Y como siempre el llegar a la meta, esa sensación que no se puede contar, que ¡hay que experimentarla para comprobar lo que uno siente!
A por el 100% de la recaudación
Lo más importante de todo esto es que ya llevamos un 6% recaudado del objetivo que nos hemos marcado. Seguimos luchando para que cuando llegue el mes de octubre hayamos conseguido el 100% y podamos ayudar a la Fundación Vicente Ferrer a terminar la residencia. ¡Con tu colaboración lo podemos conseguir!
En cuanto al reto deportivo, este año voy a participar en tres duras pruebas:
– Ironman 70.3 Marbella (Málaga). 29 de abril. 1,9 Kms. en aguas del Mediterrano, 90 kilómetros en bicicleta, y 21.1 kilómetros de carrera.
– Ironman 70.3 Pescara (Italia). 10 de junio. 1,9 Kms. en aguas del Mediterrano, 90 kilómetros en bicicleta, y 21.1 kilómetros de carrera.
– Triatlón Hispano Zahara de la Sierra (Cádiz), Sevilla y la Sierra de Hornachuelos (Córdoba). 12 de octubre. 10 kilómetros natación, 360 kilómetros de bicicleta y 84 kilómetros de carrera, distribuidos en tres días.
La próxima parada está cerca, Pescara (Italia) me espera, ¡tengo muchísimas ganas!
Os lo iré contando todo, pero por ahora, ¡necesito vuestra ayuda! Si quieres ayudarme a terminar de construir la residencia para 70 mujeres con discapacidad, pulsa en el botón de abajo y haz tu donación. ¡¡¡Muchísimas gracias!!!