Estamos centrados e inmersos ya casi desde hace un año en una crisis mundial muy importante, sobre todo desde el punto de vista de la salud. Pero no podemos dejar de lado o que esperen el cáncer, la ELA, el autismo, las adicciones, la sordoceguera, la parálisis cerebral, la pobreza, las enfermedades raras, mentales, etc.

Los recursos tienen que ir a lo que realmente importa.

Esto nos debería hacer reflexionar tantas cuestiones de nuestro modelo de sociedad que sería interminable entrar ahora.

Los recursos tienen que ir a lo que realmente importa.  A la Sanidad, a la Educación, a favorecer que los empresarios generen empleo… Ya que tenemos los recursos que tenemos, son limitados. ¡No hay más!

El año 2020 que acaba de terminar ha sido clave para comprobar la importancia que tienen las ONGs, ya sean fundaciones o asociaciones, en nuestra sociedad y el enorme trabajo que realizan desde siempre por atender muy diferentes necesidades, que ni la propia Administración ni las Empresas cubren.

Se han reducido mucho los ingresos de las entidades, pero se han seguido incluso prestando más servicios a todos aquellos que lo han necesitado.

Además, desde hace ya mucho tiempo, estamos más preocupados por nuestros derechos, por quejarnos, etc, y considero que se nos olvida una cuestión muy importante: ¿qué podemos aportar cada uno a la sociedad?

La responsabilidad personal que tenemos de cambiar las cosas. Y la búsqueda del bienestar general y no individual.

Las fundaciones y asociaciones son el instrumento perfecto para canalizar este compromiso social.

Deberíamos reflexionar cuál es nuestra implicación en la sociedad, ya que considero que esto debe ser intrínseco en el ser humano.

Las fundaciones y asociaciones son el instrumento perfecto para canalizar este compromiso social de forma efectiva, bien mediante nuestra participación como voluntario de sus proyectos bien interviniendo como fundador o miembros de sus órganos de gobierno.

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