En julio del 2017 recibí la llamada de un peluquero de Camas que me invitó a subir al Mulhacén para recaudar fondos para los niños con cáncer. Mi compromiso consistía en que me cortaría el pelo una vez que la expedición llegara a la cima, pero pronto este objetivo pasaría a un segundo plano.
Cuando me puse las zapatillas esa mañana no podía imaginarme que alguien me daría una gran lección de vida. En el grupo iba una persona que me impactó, y que, a día de hoy, me sigue sorprendiendo. Esta persona se llama José Ramón Arroyal, tiene 38 años. Es de Dos Hermanas y el centro de su vida son sus dos hijos, Pablo (9 años) y Laura (4 años), sus padres, Manolo y Patri, su hermano Manolo y su compañera incondicional, Elena.
“Aunque todos íbamos cansados, se notaba que su esfuerzo era mayor”.
Estuve fijándome en él hasta que ascendimos al pico más alto. Aunque todos íbamos cansados, se notaba que su esfuerzo era mayor. Cuando llegamos a la cima todos nos abrazamos y observé que José Ramón tenía lágrimas en sus ojos. Allí fue cuando me enteré de que un mes antes le habían diagnosticado un cáncer de hígado con metástasis en el pulmón, y ahí estaba él, subiendo a casi 3.500 metros de altura.
“Fíjate, Juan Luis, un cáncer de hígado y yo no bebo alcohol”, me comenta entre risas, “los médicos me dijeron que la causa podría ser el estrés, entonces yo les dije que, si el estrés había sido capaz de crearlo, mi mente podía ser capaz de curarlo”.
“Pues claro que me voy a curar, ¿tú sabes la cantidad de plancha que tengo en casa?”
En el camino de vuelta tuve la oportunidad de hablar con él, escucharle y saber más de su vida. Aficionado al alpinismo, su actitud me marcó en todos y cada uno de sus comentarios, ¡qué fuerza, ¡qué animo! Cuando me contó lo de su enfermedad solo pude decirle que tenía todo mi apoyo y que luchara. “Estoy convencido de que te vas a curar”, le dije, y seguidamente me contestó riéndose, “pues claro que me voy a curar, ¿tú sabes la cantidad de plancha que tengo en casa?”, no pude hacer otra cosa que reírme con él y abrazarlo.
Hoy, viernes, 21 de septiembre, me cito con él en una cafetería porque quiero haceros ver por qué es un ejemplo de ACTITUD para mí:
Juan Luis: En mi conferencia Descubre #tuCIENxCIEN hablo de los tipos de miedo que hay, ¿tu tienes miedo?
José Ramón: Tengo días de bajón, pero no tengo miedo. Si tuviera miedo creo que hoy no estaría aquí.
Juan Luis: ¿Ni siquiera cuando te dieron la noticia de la enfermedad?
José Ramón: Llegaron tres oncólogos y me lo pintaron fatal, pedí estar solo media hora. Los veinte primeros minutos estuve rayado, pero los 10 últimos reflexioné, tenía dos opciones: quedarme en casa maldiciéndome, o seguir adelante y poner todo mi empeño en curarme. Me decidí por el segundo, tengo clarísimo que quiero vivir la vida y voy a hacer todo lo posible por curarme.
Juan Luis: En mi conferencia siempre digo que es normal tener dudas, pero nuestra actitud puede vencer al miedo…
José Ramón: Cuando volvió la oncóloga, le pregunté que en qué consistía el tratamiento y le dije, “tú encárgate de la medicina y yo me encargaré de mi mente y de mi cuerpo”.
[Lleva 30 sesiones de quimioterapia y no se le ha caído el pelo]
“Ahora no tengo prisa, voy a ritmo caribeño”.
Juan Luis: ¿Cómo te ha cambiado la vida?
José Ramón: Ha cambiado muchísimo, ahora lo relativizo todo mucho más. Antes me agobiaba y estresaba, y ahora no tengo prisa, voy a ritmo caribeño. Hay gente que se pelea con su pareja por poner mal una lavadora, con las de cosas importantes que hay en la vida. A mí ahora solo me preocupa que a la gente a la que quiero le falte la salud .
Juan Luis: ¿Vives al CIENxCIEN?
José Ramón: Vivo con fuerza cada día. Disfruto muchísimo de lo que hago, de las cosas cotidianas, de estar con mis hijos, de la escalada, de mis amigos y del cariño y apoyo de Elena.
Juan Luis: Desde luego, desprendes vitalidad…
José Ramón: Me lo dicen mucho, incluso estando con gente que está enferma o tiene problemas me piden que me quede más tiempo con ellos.
[Es una persona que, sin conocerla, ya la quieres, y de las que quieres que esté al lado tuya]
[Su fortaleza es grandiosa, todas las semanas tiene que someterse a un tratamiento que dura 48 horas. Sus ganas de vivir, de no perder ni un solo instante le han hecho aprender a curarse y quitarse la medicación él mismo. Él mismo tiene instalado un portal para hacerse las curas]
José Ramón: Tengo una enfermedad, pero no soy un enfermo.
Juan Luis: Cuéntame qué retos has conseguido.
José Ramón: He subido al Mont Blanc (5 mil metros), al Himalaya (7 mil metros)… y lo próximo que quiero intentar es un 8 mil y presentarme al Campeonato de España de Escalada en Cuerda.
“Cada día me exijo más en los entrenamientos y así me voy superando poco a poco”.
Juan Luis: Eres un gran ejemplo de otra de las cosas de las que hablo en la conferencia, las limitaciones. Tú eres consciente de tus limitaciones por la enfermedad, pero solo siendo consciente de ellas podemos ser más fuertes.
José Ramón: Por supuesto, yo cada día me exijo más en los entrenamientos y así me voy superando poco a poco.
Juan Luis: ¿Ha cambiado tu trato a los demás desde que tienes la enfermedad?
José Ramón: Mi relación con ellos es incluso mejor que antes. Ellos me ven feliz y positivo y creo que esta actitud es la que hace que ellos se preocupen menos por mí.
Tengo muchos retos e ilusiones, siempre hay que tener objetivos en la vida.
Juan Luis: ¿Cuáles son tus estímulos para conseguir tus objetivos?
José Ramón: Mis hijos, mis padres, la persona que tengo a mi lado y yo mismo. Quiero hacer muchísimas cosas en la vida, Juan Luis, tengo muchos retos e ilusiones.
Juan Luis: Es uno de los temas centrales de mi conferencia, los retos. Creo que tus hijos han aprendido mucho de esto de ti, ¿no?
José Ramón: Pues sí, intento ser un ejemplo para ellos. Un día me llamó la profesora de mi hijo, yo me asusté, porque pensé: “qué habrá hecho”. Me contó que habían preguntado a los niños que querían ser de mayores y él respondió que él quería ser feliz.
[Se emociona cuando habla de sus hijos]
Juan Luis: ¿Piensas en la muerte?
José Ramón: No, si algún día me dicen que va a pasar algo, entonces lo pensaré. Pero ahora en lo único que pienso es en la vida y en curarme.
Juan Luis: ¿Qué es la actitud para ti?
José Ramón: Ganas de vivir.
[Se vuelve a emocionar]
Juan Luis: ¿Lloras?
José Ramón: Claro, lo malo es no mostrar lo que sientes. Si tienes ganas de llorar, hay que llorar. También me permito espacios para estar solo.
Juan Luis: ¿Qué es para ti el tiempo?
José Ramón: El tiempo es lo más importante del mundo. Cuando me recupere y vuelva a trabajar, voy a trabajar lo básico para vivir. El tiempo no se recupera jamás y ahora lo valoro mucho más. Cuando a todos nos llegue nuestro momento de morir no pensaremos en el dinero que hemos ganado, sino en el tiempo que hemos perdido.
Juan Luis: ¿Qué es para ti la alegría?
José Ramón: La felicidad, y yo ahora soy más feliz que nunca, porque no me considero un enfermo, estoy bien mentalmente y estoy muy bien con los que me rodean. Yo creo en mí y en las personas que tengo a mi lado. Si algún día no puedo, ya buscaré la forma de poder.
Amparo Cornello López-Cepero.