En el deporte encontré mi medicina, y el deporte se convirtió en mi forma de comunicarme, en el vehículo para dar a conocer las causas por las que luchamos cada año, y en una parte muy importante de mi vida a través del #RetoPichón.
“Cada año una causa social, una ONG y un reto deportivo“, con esa frase vengo resumiendo eso de “ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo“, y en ese “ayudar para ayudarte” tienen que ver mucho las pruebas deportivas que elegimos cada año.
Este año la forma de lanzar el #RetoPichón 2023 era The Coastal Challenge, una ultramaratón por etapas en Costa Rica que dicen, es una de las más duras del mundo. Entre la equipación para los seis días de la ultramaratón estaba esta caja. Un “armario” estanco de pvc donde cada participante guarda todo el material que va a utilizar durante la prueba.
Me ha hecho crecer como persona el hecho de competir conmigo mismo
En mi caja este año, además de todo eso había una misión muy importante, que me va a acompañar durante el mismo: 7.000 enfermedades raras, 12 mamás FEDER, 12 niños… mucha ilusión… y mucha responsabilidad… pero sobre todo mucha ilusión.
Nunca fue la competitividad lo que movió mi vida (siempre digo que llego el penúltimo o el último), pero si que me ha hecho crecer como persona el hecho de competir conmigo mismo, mejorar, terminar, llegar… Es cierto que el sentimiento de superarnos a nosotros mismos, o la satisfacción cuando llegamos a la línea de meta es parte de la recompensa y es parte del amor por el deporte de todos lo que lo practicamos… Además, en mi caso, me ayuda a gritar muy alto, me da voz para visibilizar cada año realidades diferentes y personas que necesitan nuestra ayuda.
©iancorless
Mi cuerpo me paró.
El domingo empezó la ultramaratón, y en la primera etapa me deshidraté. Me debilité mucho, tanto que mi cuerpo no se recuperó bien. El calor y la humedad han hecho que las dos etapas hayan sido durísimas para mi. Ayer cuando el equipo médico me recomendó abandonar la prueba sentí que me quedaba sin voz. Mi cuerpo me paró.
Siempre digo que el deporte ha formado parte de mi vida. Mis padres fueron deportistas, lo son mis hermanos, también mi hijo Juan. Con el deporte practicamos el sacrifico, desarrollamos la capacidad de esfuerzo, la superación, la autodisciplina… pero también la responsabilidad.
Es difícil gestionar el sentimiento de fracaso. Es difícil parar, no seguir inténtandolo… pero esta vez me toca quedarme aquí. Ha sido una decisión muy dura, pero el deporte, aunque sea extremo, también es responsabilidad. Tengo por delante un año entero y doce medias maratones.
©iancorless
Mi caja vuelve conmigo, con el mismo material que me llevé, con 7.000 enfermedades raras, 12 mamás FEDER, 12 niños, el #RetoPichón 2023 y más ilusión si cabe…
He metido también un bidón de valentía, ese me lo envió ayer mi madre en un WhatsApp: “Hijo, saber retirarse también es de valientes”, me dijo.
Os prometo seguir intentándolo.
¡Nos vemos muy pronto!
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